En muchos países (incluyendo Latinoamérica) existe un mito que dice que la ingesta de cerveza provoca gases intestinales, por lo que investigadores españoles se dieron a la tarea de realizar estudios referentes a este tema para confirmar o derribar el mito.

La investigación ha analizado a un grupo de adultos sanos mayores de 18 años de edad, sin síntomas digestivos frecuentes ni enfermedad por reflujo gastroesofágico conocida. El objetivo principal fue evaluar si el consumo moderado de cerveza (1 o 2 vasos) se asociaría con la generación de síntomas digestivos altos como, acidez, regurgitación y saciedad precoz, en el período posterior a las comidas.

De acuerdo con los resultados presentados por el jefe de servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid, Enrique Rey Díaz-Rubio, la cerveza no parece modificar el reflujo gaseoso como podría sugerirse al tratarse de una bebida procedente de la fermentación natural de sus ingredientes. Además, no alteraría la acomodación gástrica después de las comidas y no provocaría un aumento significativo de síntomas digestivos que puedan producir molestias o digestiones más pesadas de lo normal.

Con esto, el equipo de investigación concluyó que el consumo moderado de cerveza no provocaría un aumento de trastornos gastrointestinales o de sensibilidad gástrica que alteren la digestión.

Definitivamente, si tu preocupación eran los gases y las molestias digestivas al momento de disfrutar una cerveza, ya no tendrás de qué preocuparte y ahora podrás saborearla tranquilo.